Apenas van once meses del paso del huracán OTIS por Acapulco, y de nuevo estamos en una situación similar, aunque con más riesgos. Vamos a explicarlos:
1.- Parte de las afectaciones que tuvo en esta ocasión por los cinco días de intensa lluvia gracias al huracán John, se dieron porque no se les dio atención en su revisión después del OTIS, caso muro de contención en las unidades habitaciones del Infonavit Alta Progreso, la escénica y los unidades habitaciones de la zona Diamante.
2.-Nada se hizo para echar a andar una ingeniería de gran escala y darle solución definitiva al problema de las inundaciones precisamente en la Zona Diamante. Es un hecho que se hizo un mal uso del suelo, es un hecho que debería sancionarse a todos esos alcaldes (as) que hayan cometido delitos junto con los regidores que autorizaron las modificaciones. Pero sancionar todo lo anterior no resuelve el problema, de ahí que lo trascendente es crear un nuevo Plan de Desarrollo Urbano para el Municipio de Acapulco, pero hay demasiados intereses que frenan cualquier intención de poner orden. Así que también son responsables las autoridades que pudiendo no han corregido las fallas jurídicas.
3.- El proceso electoral ya culminó, y se quiera reconocer o no, fue factor para que la ayuda federal llegara principalmente en recursos en efectivo, despensas y enseres domésticos. Tan fue así que después de los comicios ya no continuó esa ayuda, no obstante que a pesar de tener sus cintillos muchos quedaron sin recibir la segunda parte del apoyo económico, y de la plantilla de cupones que les dieron, hubo dos que nunca se otorgaron, a pesar del compromiso en esa cartilla.
4.- La permisividad con la que se dejó actuar a la rapiña por casi una semana en el Otis; que si se hiciera un recuento real, veríamos el enorme daño que ocasionaron y dejaron en desabasto a la población de Acapulco, lo que originó una mala imagen a nivel nacional e internacional del puerto. Fueron hasta cuatro-cinco días consecutivos de dejar que saquearan no solo los grandes almacenes, sino cientos de pequeños negocios, muchos de los cuales cerraron y otros apenas se estaban recuperando. Con John ya se actuó de inmediato y si hubo desmanes fueron mínimos comparados con los de OTIS.
5.- Ya no habrá apoyos económicos directos, mucho menos luz gratis y ni se diga las medidas fiscales que permitirían no descapitalizarse a los micro empresarios, afectados por la caída de sus ventas en un 90% o más. El anuncio de un programa de recuperación de Acapulco no tiene aún ni pies ni cabeza
6.- Y quizá lo más triste: desde el Otis no llegó la ayuda internacional que antes inmediatamente se veía; sin embargo, la nacional sí se dejó sentir de todas partes del país. Las imágenes de rapiña en Otis, dieron la vuelta a la nación y el mundo… el resultado está a la vista: en la actualidad los centros de acopio en el país están vacíos, igual la ayuda internacional no está presente, salvo la organización, a la que incluso le han negado el reconocimiento oficial: World Central Kitchen, ya está de nuevo con sus comedores otorgando comida caliente a los damnificados.
Así, que sí, prácticamente estamos solos para salir de esta contingencia. Se requiere mucha imaginación, esfuerzo, compromiso, pero sobre todo CIUDADANIA