El Día de Muertos es una tradición mexicana de origen prehispánico. Los días de fiesta principales son el 1 y 2 de noviembre. Sin embargo, últimamente los preparativos inician muchas semanas antes y es que la belleza y complejidad de esta celebración ha atraído la atención de todo el mundo.
De hecho, la UNESCO la nombró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2008. Adéntrate en sus orígenes y conoce los elementos regionales que componen está entrañable fiesta mexicana, en algunos estados de la República Mexicana.
Ofrenda de San Andrés Larrainzar, Chiapas (Pueblo indígena tzotzil).
La celebración del Día de Muertos en esta comunidad da inicio el 31 de octubre, fecha en la que se alistan los altares en las casas. Se colocan nueve ramas de pino sobre la pared y hojas del mismo árbol sobre el piso.
El 1 de noviembre se acostumbra visitar el panteón para limpiar las tumbas y adornarlas con hojas de pino que se extienden formando una mullida alfombra. Se le reza a los difuntos y se comparten con ellos los alimentos, en el panteón.
Por la tarde, ya en casa, se coloca la ofrenda familiar que consiste en bebidas de cacao, pozole, frutas, tamales y guisados de carne de res, además de flores y velas.
El día 2, los familiares vuelven al panteón y llevan ofrendas al ser querido.
Ofrenda de Cazuelas, Papantla, Veracruz (pueblo indígena totonaca)
‘Ninín’ es el nombre que se le da a la fiesta de Todos Los Santos o Día de los Muertos. En esta comunidad entienden el altar como un pequeño mundo que contiene la tierra; vegetación, que le dan las flores y el agua, que se coloca debajo del altar y simboliza la tierra. El fuego está representado por el incienso.
En la parte de arriba se confecciona ‘el cielo’ con hojas de tepejilote, las estrellas y el sol son elaborados con hojas de palma de coyol.
Ofrenda de Orizabita, Ixmiquilpan, Hidalgo. (Pueblo indígena Hñahñu)
El pueblo de Hñahñu, originario Del Valle del Mezquital, una zona semidesértica de Hidalgo, conserva las tradiciones del Día de Muertos. Para los Hñahñus la vida no termina con la muerte de una persona, sino que se trata del paso a una vida mejor. Por ello, cada 2 de noviembre los difuntos regresan a visitar a sus seres queridos para convivir con ellos.
Como dato cabe mencionar que el Estado de Hidalgo ganó en 2019 el Record de Guinness por la elaboración del altar de muertos más grande del mundo superando su propia marca que se llevó a cabo el 28 de octubre de 2017 con un altar que logró medir 846.48 metros cuadrados. El nuevo título de récord alcanzó una superficie final de 1044.30 metros cuadrados que se instaló en la plaza Juárez de Pachuca, Hidalgo.
Ofrendas en Isla de Janitzio (Michoacán)
Hacia la medianoche del 1 de noviembre, el panteón de Janitzio (Tzirumútaro) se colma de ofrendas florales, música y misterio. La isla da la bienvenida a los visitantes con el muelle de San Pedrito alumbrado con la luz de los faroles.
Poco antes de la medianoche del Día de Muertos, los habitantes de Janitzio salen de sus casas y caminan en procesión hacia el panteón de Tzirumútaro, con solemnidad y respeto.
Al llegar a las tumbas de sus seres queridos, colocan hermosas servilletas bordadas sobre las lápidas y depositan los alimentos preferidos del muerto sobre ellas. Además, adornan la tumba con flores y velas.
La noche transcurre entre cantos y rezos de las mujeres y niños, mientras que los hombres vigilan desde fuera del camposanto que todo transcurra en paz.
Todo esto lo acompaña el melancólico sonido de la campana colocada en el arco de la entrada del cementerio, que invoca a las almas de los difuntos para que se manifiesten.
El Día de Muertos es muy importante en Pátzcuaro, por lo que el lugar se llena de algarabía, flores, velas y mucha tradición. El principal atractivo es el Lago de Pátzcuaro en Michoacán, solo imagínatelo lleno de canoas iluminadas por velas, ¡es todo un espectáculo digno de admirar!
Ofrendas y rituales para las mascotas
Para los antiguos mayas y aztecas, el mejor amigo del hombre también era un curandero sin pelo, de apariencia no muy atractiva, pero lo que es más importante, un guía en el inframundo.
El nombre del Xoloitzcuintli, que en ocasiones también se denomina perro pelón mexicano, viene de dos palabras en la antigua lengua de los aztecas: Xólotl, dios del ocaso y de la muerte, y itzcuintli, o perro. Según la creencia azteca, el perro de Xólotl había sido creado por el dios para proteger a los vivos y guiar las almas de los muertos a través del peligroso Mictlán, el inframundo.
Es por esa importancia que La ofrenda a las mascotas es en honor a las almas que regresan del más allá, para recordar y convivir una noche con sus dueños. En los altares para los amigos de los humanos se puede colocar una fotografía de la mascota que falleció, un vaso o trasto de agua, los juguetes favoritos y la comida preferida.
Algunas personas toman como referencia el día 1 de noviembre, pero asociaciones de animales refieren que puede ser el 27 de Octubre el día elegido.