Por Fernando Vargas Lozano
En estos días se me viene a la mente varios Deja Vu… esos que me remontan al 2009, cuando una neumonía atípica detectada era que la estaba provocando un nuevo virus, el H1N1, que para desgracia nuestra, su origen era México.
Ante un suceso novedoso, un ambiente político polarizado, no faltaron quienes consideraron que las medidas adoptadas por el Gobierno Federal en turno eran exageradas.
Cierto o no, por la gravedad de ser el epícentro del contagio, como ahora con el coronavirus lo es China, se actúo y establecieron protocolos que finalmente dieron como resultado el control, que fue acompañado de la creación de una vacuna por científicos mexicanos.
Sería mentir que no hubo pánico, que no hubo muertos, que no hubo pérdidas económicas graves al cerrarse escuelas, universidades, restaurantes, centros de trabajo y otros lugares de reunión. Todas esas medidas son sencillas comparadas con las que aplicó este año China.
Por la experiencia anterior, una buena parte de México tiene implantado un ADN que deberá echar a andar de manera personal. Son momentos de tomar decisiones importantes sin esperar a que las autoridades de cualquier nivel se decidan a actuar.
Acapulco, por ser un destino turístico y más Guerrero que el 77% del Producto Interno Bruto lo genera la actividad turística, deben actuar con mucha cautela, sin entrar en pánico, pero con la mayor responsabilidad posible, pensando en corto, mediano y largo plazo.
Las afectaciones en 2009 en Guerrero por el H1N1
- 1992 casos controlados, de los cuales 1209 se contabilizaron en Acapulco
- 20 víctimas mortales oficialmente reportadas de las que 8 fueron en Acapulco, 4 en Zona Centro, 4 en Zona Norte y uno en cada región como es Tierra Caliente, Costa Grande, Costa Chica y un caso foráneo de Oaxaca, pero fue atendido en la entidad.
Cada vida cuenta, cada individuo es importante, por lo que minimizar el daño que pudiera causar una infección generalizada del coronavirus, ubicando el daño a sólo una mera estadística va más allá de la irresponsabilidad.
Por eso, y de acuerdo a la experiencia del 2009 la ciudadanía debe asumir su rol de prevención, con o sin protocolos oficiales. Deben los ciudadanos colocarse en el lado de evitar la propagación y muerte de quienes adquieran el virus.
EN CORTO. – LA MARCHA Y LA AUSENCIA.-El saldo que arroja la marcha del 08 de marzo y el#NueveNingunaSeMueve #ParoNacional es muchísimo más positivo que negativo. Ninguna de las imágenes o videos que mostraron acciones consideradas como vandalismo, podrá superar el hartazgo y la forma pacífica en que las otras miles de mujeres protestaron contra la inseguridad y falta de justicia que viven cada día, con la marcha y luego “desapareciendo”. Y hablaron por todas, porque difícilmente habrá una mujer que diga que puede vivir tranquila, sin miedo, en este país.
México fue testigo de un hecho histórico que aún no hemos podido digerir completamente. Las mujeres dieron un gran ejemplo de unidad, organización y hartazgo contra un problema central: lo vulnerables que se sienten en esta sociedad mexicana, y que los 10 feminicidios diarios les dan la razón. Bienvenida esta oleada de #ParticipaciónCiudadana, que no pare..