El pasado 13 de marzo (o 12 dicen algunos) se cumplieron 475 años de que Acapulco fue fundado o descubierto por los españoles, que eso no quiere decir que sea la fecha de la creación del puerto, ya que su historia se remonta hasta antes de la llegada de los del viejo continente. Y como está de moda negar todo lo relacionado a la llegada de España a México, pues no se le dio mayor relevancia, lo cual quizá no debiera de ocurrir.
Como sea, lo importante sería tomar ese dato para hacer una reflexión y buscar generar las condiciones para recuperar el coraje, creatividad y talento, que durante el desarrollo de su historia puso a Acapulco en el centro del comercio internacional con la Nao de China y más adelante, lo hizo ser el primer destino turístico de México con fama mundial.
Hay mucho por agradecerle a la naturaleza, el haber dotado a Acapulco de este inagotable recurso que son sus hermosas playas, sol, mar, atardeceres y clima, que lo han convertido en un sitio privilegiado para ser un gran destino turístico; sin embargo, los acapulqueños hemos sido o permitido el declive, hasta llegar a las condiciones actuales.
Por eso, hagámosle los honores en construir ciudadanía robusta, fuerte, participativa, que propicie la recuperación auténtica de Acapulco. Sería extraordinario ir tomando el control de nuestro propio destino.