Jorge Laurel González.
En una república, quien es elegido no es el dueño, sino el servidor del pueblo.
Benjamín Franklin. Político e inventor estadounidense (1706-1790)
A medida que las elecciones presidenciales de 2024 se acercan, la contienda entre Kamala Harris y Donald Trump se vuelve cada vez más reñida. A solo tres semanas de la votación, el promedio de las encuestas de The New York Times revela que ambos candidatos están esencialmente empatados en los siete estados disputados más importantes. Este escenario es sumamente inusual, ya que pocas veces en la historia moderna de Estados Unidos ha habido unas elecciones donde tantos estados clave estuvieran tan parejos en las encuestas a tan poco tiempo de los comicios. Sin embargo, pese a la cerrada competencia, Kamala Harris sigue siendo la mejor opción para guiar al país hacia un futuro más inclusivo, equitativo y sostenible.
Kamala Harris ha demostrado, tanto en su rol de senadora de California como en su desempeño como vicepresidenta, un compromiso inquebrantable con la promoción de los derechos humanos y la justicia social. En un país profundamente dividido por la desigualdad, la discriminación y las tensiones políticas, Harris representa un liderazgo unificador. Ha defendido de manera consistente políticas que buscan corregir las injusticias sistémicas y ampliar las oportunidades para todas las comunidades, sin importar su raza, género o nivel socioeconómico.
Mientras Trump ha sido criticado por fomentar una retórica divisiva y polarizadora, Harris ha mostrado un compromiso con la inclusión, buscando tender puentes en lugar de cavar zanjas. Esto es precisamente lo que necesita un país que ha sufrido un desgaste en su cohesión social. Además, Harris ha sido una defensora férrea de los derechos de las minorías, las mujeres y la comunidad LGBTQ+, lo que le ha permitido conectar profundamente con sectores importantes del electorado en los estados clave, donde una coalición diversa de votantes podría inclinar la balanza a su favor.
En áreas clave como el cambio climático y la salud pública, Kamala Harris tiene una ventaja sustancial sobre su oponente. A lo largo de su carrera, Harris ha defendido la necesidad de tomar acciones contundentes contra el cambio climático, promoviendo políticas que fomenten la transición hacia energías limpias y reduzcan las emisiones de carbono. Este tema es especialmente relevante en un momento en que fenómenos meteorológicos extremos, como incendios forestales, huracanes e inundaciones, han golpeado a varias regiones del país, afectando particularmente a algunos de los estados más disputados como Florida y Arizona. En contraste, Donald Trump ha restado importancia a la crisis climática, debilitando las regulaciones ambientales y retirando a Estados Unidos de importantes acuerdos internacionales sobre el clima.
En cuanto a la salud pública, Harris también se destaca por su enfoque progresista. Durante la pandemia de COVID-19, quedó en evidencia la necesidad de un sistema de salud más robusto y accesible, y Harris ha abogado por una mayor inversión en la salud pública y la ampliación del acceso a la atención médica. Mientras que Trump intentó repetidamente desmantelar la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (Obamacare), Harris ha propuesto mejorarla, garantizando que más estadounidenses tengan acceso a servicios médicos asequibles.
Para millones de votantes en los estados en disputa, que se han visto afectados tanto por la pandemia como por la crisis económica, esta diferencia en políticas de salud puede ser un factor decisivo en las urnas.
Según el análisis de The New York Times, la situación en los estados clave como Arizona, Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Georgia, Nevada y Carolina del Norte es extremadamente ajustada. Ambos candidatos están empatados en las encuestas, lo que subraya la importancia crucial del voto en estos territorios. La contienda en estos estados podría definirse por márgenes estrechísimos, y Harris tiene la oportunidad de destacarse si moviliza eficazmente a los votantes indecisos y a aquellos que suelen abstenerse de participar en elecciones.
En estos estados, Harris cuenta con una ventaja en ciertos sectores del electorado, como las mujeres, los votantes jóvenes y las minorías raciales, quienes ven en ella una figura de esperanza y cambio. Además, su enfoque en temas fundamentales como el cuidado de la salud, el cambio climático y la justicia social resuena con muchas de las preocupaciones actuales de los votantes. Si bien el camino hacia la victoria es difícil, Harris ha demostrado ser una candidata resiliente, capaz de cerrar brechas en momentos críticos, y esta resiliencia podría marcar la diferencia en la recta final.
A solo tres semanas de la votación, el país se enfrenta a una decisión crítica. Las encuestas sugieren una carrera extremadamente cerrada, pero Kamala Harris tiene la oportunidad de destacar y ganarse la confianza de los votantes indecisos en los estados clave. Con un mensaje de unidad, inclusión y progreso, Harris ofrece una visión de un Estados Unidos más equitativo y justo, en contraste con el enfoque divisivo y polarizador de su oponente.
En un momento donde el futuro del país está en juego, Harris se erige como la mejor opción para liderar a Estados Unidos hacia un nuevo rumbo, donde los desafíos del cambio climático, la justicia social y el acceso a la salud sean abordados de manera decidida y efectiva. La carrera está reñida, pero si algo ha demostrado Kamala Harris es que está preparada para enfrentar cualquier desafío, y con el apoyo adecuado en los estados clave, puede convertirse en la próxima presidenta de Estados Unidos. Para quienes creen en un futuro más justo y sostenible, Harris es, sin duda, la mejor opción para liderar el cambio positivo que tanto necesita la nación.
En una contienda tan ajustada como la de 2024, la elección del candidato a vicepresidente es un factor clave, y Kamala Harris ha hecho una selección inteligente al elegir al gobernador Tim Walz como su compañero de fórmula. Walz, con una larga trayectoria política como gobernador de Minnesota y exmiembro de la Cámara de Representantes, aporta una combinación invaluable de experiencia en el manejo de crisis y habilidades de liderazgo ejecutivo. Conocido por su enfoque pragmático y su capacidad para forjar consenso, Walz ha gestionado con éxito diversos desafíos en su estado, desde la recuperación económica hasta la respuesta a emergencias de salud pública y la reforma policial, lo que lo convierte en un aliado sólido y confiable para Harris.
Con Tim Walz a su lado, Kamala Harris refuerza su campaña con un líder experimentado y profundamente conectado con las necesidades de los votantes, en especial aquellos de los estados clave que podrían decidir el resultado de estas elecciones. Juntos, forman un equipo que no solo es competente y preparado para los desafíos del futuro, sino también representativo de los valores que pueden unificar al país en tiempos de polarización.
Esperemos que los latinos voten en conciencia, recordemos que Solamente Juntos, Logramos Generar: Propuestas y Soluciones.
JLG