Por: Nadia Vargas
Debido a las medidas de distanciamiento social en respuesta a la pandemia del virus COVID-19, el mundo ha revelado en muchos lugares el verdadero impacto de la actividad humana. En Italia se cristalizan los ríos de Venecia, en Reino Unido cabras se aventuran a los pueblos donde transitaba la gente. En nuestro propio puerto, las olas pudieron brillar con una intensidad que nos era desconocida.
Aunque el fenómeno de bioluminiscencia se había observado en otras playas del país como en Quintana Roo, Oaxaca, Campeche y Nayarit, es la primera vez en décadas que se puede observar este fenómeno en nuestras orillas. Esto es gracias a un proceso bioquímico de oxigenación en la proteína luciferina en microalgas y plancton que viven en nuestro mar, el cual normalmente es perturbado por el volumen de bañistas en las playas durante el año. A menos de un mes de La Costa de Acapulco se Ilumina Gracias a la Bioluminiscencia declarar cerradas las playas, este fenómeno regresa a nuestra costa y nos ofrece un espectáculo solo apreciable cuando se respeta a la naturaleza.
Es por esto que cabe mencionar que la atención a este fenómeno en estos últimos días ha atraído a conglomeraciones de bañistas y botes, quienes han perturbado el agua y por consecuencia ya no se pueden apreciar las luces en la orilla del mar. Es imprescindible el cuidado de nuestro puerto durante y después de la contingencia, si queremos que el brillo de nuestra costa sea más que un recuerdo efímero.
