LA DERRAMA ECONOMICA DE LOS GRANDES EVENTOS | EDITORIAL

Los grandes conciertos generan derrama económica importante en la localidad donde se llevan a cabo y más en la zona que rodea a los centros de espectáculos donde se presenten los y las artistas. Eso es precisamente el efecto que causaron los siete conciertos que recién acaba de dar la cantante colombiana Shakira, en la Ciudad de México.

Se calcula que Shakira logró que asistieran 455 mil personas a sus presentaciones, generando un promedio de 3,247 millones de pesos en venta de boletos, alojamiento en hoteles, compras en comercios y consumo en restaurantes y servicios aledaños. Obvio la derrama no llegó en forma importante a todos los municipios o antes delegaciones que conforman la Ciudad de México.

De ese tamaño son los beneficios a la economía local que pueden lograr la presentación de grandes conciertos con artistas relevantes.

En la actualidad en Acapulco, los grandes espectáculos, convenciones y congresos se han concentrado en el área de Zona Diamante, que dispone de los dos recintos más importantes para ese tipo de eventos: Foro Mundo Imperial y Arena GNP, pertenecientes al mismo grupo corporativo. Así como también los hoteles que integran ese consorcio: Mundo Imperial, Princess y Pierre Marqués, tienen las habitaciones suficientes para atender la demanda que generen los asistentes.

Y no tiene nada de malo que Acapulco disponga de esos dos recintos y grandes hoteles, que pertenecen a un mismo grupo corporativo, como los mencionados. Incluso las actividades que ahí se presentan también derraman economía a los negocios situados en esa zona, y por supuesto a los habitantes que obtienen empleo o clientes. Tan es así que por ejemplo el centro comercial Patio, ubicado en la zona poblacional de esa parte del puerto, ha logrado que importantes marcas se establezcan en sus instalaciones, la más reciente es Starbucks, lo cual significa que hay movimiento económico importante por allá.

El detalle es que la zona de la bahía se está rezagando en la participación del mercado de las grandes convenciones, espectáculos y congresos, al derrumbarle su Centro de Convenciones por prácticamente una decisión que aún no se comprende.

Acapulco bien puede tener dos o tres Centros de Convenciones con gran capacidad. Si se continúa sin reincorporar a los grandes mercados la parte que le dio fama a Acapulco a nivel mundial, que es el Acapulco Tradicional y Dorado, situados en la bahía, se estará condenando a convertirlos en el suburbio de una nueva composición turística. Y la verdad, como que no es un buen augurio, dada la situación actual que se vive.

Urge recuperar un Centro de Convenciones, bien administrado, bien operado, en la Bahía, para que igual que en Diamante sea el pivote de la recuperación económica del Acapulco que le abrió las puertas a México ante el mundo turístico.