Hay tres razones por las cuales se convocan a foros cuando suceden cambios de gobierno o atención a problematicas locales:
1.- La falta de conocimiento sobre el tema
2.- Para apaciguar inquietudes y dejar que transcurra el tiempo, cuando ya se tiene tomada una decisión
3.- No hay presupuesto para implementar lo que se requiere
Alguno de esos tres aspectos es lo que está sucediendo con la famosa reconstrucción de Acapulco después de Otis y John. Y cualquiera de ellas es grave.
Van ejemplos: ¿hicieron foros cuando se tomó la decisión de quitarle el Centro de Convenciones a la bahía de Acapulco en lugar de rehabilitarlo? ¿Cuando se rehabilitó el parque Papagayo? ¿Cuando decidieron abrir la mayoría de las calles de Acapulco? ¿Cuando dieron dinero y enseres? … ¡¡pues claro que no!! Ya eran decisiones tomadas y con el recurso para hacerlo.
Así, que ¿para qué nos estamos tardando realizando las supuestas reuniones para tener propuestas sobre la recuperación? Mientras más pase el tiempo en que se actúe, mayor será el daño, del cual tratar de salir de ahí se volverá cada vez más difícil.
Los que están acudiendo a hablar a esas reuniones están dejando pasar la oportunidad de exigirles de manera directa a las autoridades que ya actúen, que no hay mayor apoyo que reaccionar con planes y estrategias en rubros específicos: reordenamiento urbano que contemple un plan director al cual blindar para que se respete, red hidrosanitaria, seguridad y reactivación económica, como una primera parte. Y ahí sí, apoyarse en especialistas locales, con el fin de tropicalizar políticas públicas nacionales.
El movimiento social va aparejado con la atención social, al generarse empleos y pagos de impuestos.
El tiempo ya nos alcanzó por no actuar con prontitud y eficiencia, la afectación la estamos viviendo, pero nos rehusamos a aceptarlo.