De acuerdo a datos oficiales en Acapulco existen entre 20 y 25 playas, divididas en las zonas: Tradicional, Dorado y Diamante. De las cuales en el último reporte de calidad de agua de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) dependiente de la Secretaría de Salud federal, en cinco de ellas se detectaron irregularidades.
Tan pronto se dio a conocer la información y su repercusión a nivel nacional e incluso internacional, las reacciones tanto oficiales como de prestadores de servicios turísticos y público en general no se dejaron esperar, la mayoría condenando el resultado aduciendo principalmente que era una campaña contra Acapulco y muchos de ellos hasta señalaban como origen al enemigo número del puerto: Cancún, porque según era para contrarrestar las noticias de la invasión de sargazo en sus playas.
Sin embargo, lo cierto son dos puntos:
1.- La contaminación de ciertas playas es real
2.- Cada año Cofepris hace su estudio y por lo general arroja que algunas playas del puerto tienen ese problema.
Si por lo general anualmente nos enfrentamos a ese problema, entonces porqué no se han dado acciones preventivas y adelantarse a lo que parece ser algo interesante: un desmedido interés sobre Acapulco, que viéndole el lado positivo significa que no obstante todo lo que se ha vivido aquí, aún sigue como top mind en el gusto de los vacacionistas, de ahí que despierte tanto ínterés una información de esta naturaleza.
Y la verdad es que dado el abandono que administraciones municipales anteriores hicieron en el mantenimiento de las plantas tratadoras de aguas negras en el puerto, nos salió barato el resultado del análisis en la calidad del agua de la bahía, principalmente.
Ante ello los diferentes niveles de gobierno se deben de concentrar en hacer eficientes dichas plantas tratadoras y e ir solucionando lo que la corrupción e impunidad de gobiernos municipales anteriores generó: una deteriorada red hidrosanitaria en la ciudad.
La reacción en redes sociales que se dio a la noticia de Cofepris, es para análisis. Lo que NO se debe de hacer: tratar de justificar a las dependencias de gobiernos; inundar con “acciones” oficiales (los vacacionistas ya no “compran” esa información); montar una campaña de desprestigio contra otro destino turístico nacional, concretamente Cancún.
Qué SI se debe de hacer:
1.- Generar de manera permanente difusión de las playas y sus atractivos de Acapulco.
2.- Encapsular como una información técnica el hecho, a través de realizar las autoridades locales estudios periódicos en la calidad de las aguas de mar y adelantarse a los resultados que diera Cofepris.
3.- Sensibilizar a los prestadores de servicios de las playas afectadas para reparar el problema y que no se opongan a las medidas que ordena Salud federal para prevenir al bañista.
4.- Con un protocolo muy bien cuidado, acompañado de una estrategia de comunicación, colocar las advertencias públicas en las playas con irregularidades.
5.- Generar información sobre lo que se está haciendo para reparar el daño y mostrar las bondades del resto de playas porteñas.
Pero todo esto se hace con tiempo, sin estar esperando el tradicional anuncio durante las vacaciones llamadas largas, de que tenemos una situación que atender en cuanto a calidad del agua de la bahía.
Me queda claro que Acapulco es mucho más grande que sus problemas… pero no abusemos, que para todo hay límites.
EN CORTO.- AUMENTA SIDA ENTRE JOVENES.- Sin duda las nuevas generaciones tienen una sobreexposición de información a través del cúmulo de herramientas digitales que les acercan los datos que deseen, pero paradójicamente pareciera que no tienen los elementos o capacidad de poder entender todo lo que reciben. Por eso llama la atención que en los últimos años se ha dado un crecimiento del 23% de casos de SIDA detectados entre jóvenes del país. Algo grave está sucediendo en materia de salud, por lo que tanto familia, sociedad y gobierno deben tomarlo en cuenta antes de que sea incontrolable la situación. fernando@acaclub.com