En Acapulco podrían aplicarse medidas drásticas para preservar la salud de la colectividad, advirtió la presidenta municipal, Adela Román Ocampo, al recalcar que es necesario permanecer en casa, para evitar contagios en la tercera fase de la contingencia por la pandemia de COVID-19.
La alcaldesa advirtió que estamos enfrentando los momentos más complicados de la epidemia, porque ha incrementado el número de personas contagiadas, situación que representa un riesgo ante este escenario propicio para que se generen nuevos brotes comunitarios.
Román Ocampo recalcó el llamado a no salir de casa, a menos que sea necesario atender cuestiones indispensables, para no interactuar con personas que podrían haber sido contagiadas, así como evitar lugares donde se pueda adquirir el virus, como el transporte público o alguna reunión con gente que no acate las medidas preventivas y sanitarias.
“Iniciamos la tercera fase de esta pandemia de coronavirus y les reitero mi petición de que se guarden en casa, no salgan. Esta tercera fase es la más grave, aumentan los contagiados día con día, y eso se debe a la movilidad que tenemos de las personas”, manifestó a medios de comunicación la alcaldesa porteña.
La primera autoridad de Acapulco insistió que “si no nos movemos y permanecemos en casa, vamos a ayudar para que podamos salir pronto de esta crisis, y podamos reintegrarnos a nuestras actividades normales, por ello mi invitación es que no me obliguen a tomar medidas drásticas, porque si está de por medio la salud de la colectividad, tendremos que ser más estrictos”.
Adela Román refirió que el Diario Oficial de la Federación estableció, entre las indicaciones y lineamientos del Gobierno Federal, que no deben tener actividades las personas que se dediquen a cuestiones que no sean indispensables en este momento crítico.
Finalmente dejó abierta la posibilidad de que el Gobierno de Acapulco aplique sanciones severas a establecimientos no esenciales que permanezcan abiertos violentando normas preventivas y sanitarias que se han establecido, como ferreterías, zapaterías y mueblerías, entre otros giros; los únicos lugares que pueden operar sin restricciones son farmacias, restaurantes, fondas, mercados y supermercados donde la gente acuda por alimentos.