SEMANAS DIFICILES EN ACAPULCO / EDITORIAL

Cuando pareciera que ocurre algo que nos afecta como destino y no pueda ser superado… los de Acapulco no decepcionamos y algo sucede.

Así hemos estado viviendo los últimos dos meses después del John. Una cosa tras otra, sin parar, sin descanso. Lo cual ha afectado el ánimo personal y colectivo de la ciudad. Las diferencias entre unos y otros cada vez son más notables, generando encono en algunos casos como los bloqueos y la mala planeación de las obras.

Ha sido tan estresante, que se hizo un lamentable debate en si la presencia y actuación del cantante Luis Miguel era determinante para saber si Acapulco brillaba o no de nuevo. Por un lado se agradecía que el artista, adoptado como acapulqueño por su historia de haber vivido en el puerto, tuvo la deferencia de llegar dos días antes y pasearse e ir a cenar a restaurantes ubicados en plena costera Miguel Alemán, prefiriendo dejarse ver que estar en sitios cerrados y aislados.

Por el otro lado, quienes presumían la llegada de Luis Miguel como si él fuera el factor detonante y que demostraba que Acapulco ya estaba completamente recuperado, que todo estaba muy bien como para recibir a los turistas que quisieran venir a descansar a este centro vacacional.

Y es que justo en esos días la ciudada prácticamente estuvo secuestrada por quienes se decían damnificados del John tanto por haberse inundado sus viviendas, como por la falta de movimiento económico en sus actividades.

La realidad es que lo que estamos viviendo ya ha rebasado límites que creíamos jamas serían superados, la ausencia de aplicación de la ley convirtió la convivencia local en una anarquía jamas imaginable.

Seamos honestos como sociedad, algo está quebrado y difícilmente se reparara, mientras la política sea sólo asistencialistas, en lugar de generar acciones que nos brinden seguridad, estabilidad económica y desarrollo.