*Vaya que se va a poner intenso el debate en torno al regreso a clases que se ha empeñado en llevar a cabo la Federación, llueve, truene o relampaguee, con la simpatía de varios gobernadores de los estados (se habla de 19 a favor). Dos detalles: 1.- Las autoridades minimizan los contagios masivos entre los alumnados, dicen que no está comprobado científicamente que pueda darse una epidemia por Covid entre menores de edad. 2.- Lo contradictorio es que si supuestamente es seguro que puedan asistir a las aulas los alumnos, ¿porqué deben de firmar una carta responsiva los padres de familia, quitándole toda responsabilidad de los contagios al sector educativo oficial, que es quien está pidiendo que vayan a clases?
*Es cierto que los jóvenes y niños tienen un sistema inmunológico más resistente, pero esto ha ocasionado que cuando enferman gravemente duran más en el trance entre que salen de la enfermedad o hay un lamentable desenlace. Esta dinámica hace que las camas de hospitales están más tiempo ocupadas por la misma persona, mientras que en la primera y segunda ola de Covid, los adultos y adultos mayores eran quienes se infectaban más y por sus condiciones de vida y salud, duraban menos ocupando camas hospitalarias por fatales consecuencias. A todo esto, aún no se mide el daño por secuelas del virus una vez que supuestamente se recupera el paciente.
*Como que las autoridades de todos los niveles están pecando de falta de claridad, creatividad y propuestas que permitan a la comunidad adaptarse lo más rápido posible al nuevo esquema de convivencia social obligada por la pandemia. Por el contrario, el llamado es a salir, aventurarse y no parar la economía, porque eso frena la recaudación fiscal de donde se nutren los gobiernos para su programas. “Tenemos que correr los riesgos como todo en la vida, porque los caminos de la vida no son como imaginábamos” es el mensaje oficial ante la creciente tercer ola de Covid… todo sea para que no se queden sin presupuesto.